viernes, octubre 21, 2005

Críticos: pensamientos caóticos
























De vez en cuando se analiza el papel de la crítica desde un punto de vista lo más imparcial y objetivo posible. La crítica de la crítica y todo eso, ya sabéis. A veces los resultados tienen un cierto interés. A veces es una pura paja mental que no le interesa ni al que lo ha escrito.
Permitidme que hoy lo haga desde un punto de vista puramente personal. De crítico, articulista, especialista en cómics o cómo lo queráis llamar.
Mi primer artículo sobre cómics fue en el instituto. Hablaba del Paracuellos de Carlos Giménez. O sea, que las ganas de escribir sobre el tema las tengo de hace tiempo.
Pero uno escribe para que te lean y aportar algo. Si lo que escribes no interesa, estás perdiendo el tiempo.
A veces me da esa impresión, pero como uno es cabezón pues ahí sigo.
El papel del crítico, en mi opinión, es nulo a efectos de incidir decisivamente en la comercialidad de productos estrella. Ya pueden estar todos los críticos del país diciendo que Torrente 3 es una mierda pinchada en un palo que ahí sigue con las salas llenas. Son los productos que podrían quedar más perdidos que pueden lograr unos objetivos más dignos con una serie de críticas positivas o pasar directamente al olvido si son tibias o directamente negativas. O si son ignoradas. El crítico ahí es fundamental.
Como en destacar a jóvenes autores dándolos a descubrir a un público potencial. Puedo colgarme varias medallas por ser el primero en hablar de ciertos autores en este país, en los medios. Una anécdota relacionada: la noche que le dieron el primer premio en el Saló de Barcelona a Luís Durán hablé con él y me dijo que la reseña que había escrito Koldo Azpitarte para Dolmen sobre una de sus obras la había clavado. Estaba encantado, entre otras cosas. Hablar de Luís Durán, un perfecto desconocido para la mayoría de lectores de Dolmen, que tenía su obra perdida, mal conocida, podía parecer algo inútil pero sin duda hizo que ese nombre ya les sonara a muchos y que le prestaran más atención en otras ocasiones.
Cuando digo crítica, me refiero a cualquier tipo de comentario, de opinión, independientemente de quien lo haga o de la profundidad de su análisis. Lo que pueda escribir yo en una revista o en mi blog(hasta cierto punto) o lo que sea puede tener la misma incidencia para los lectores que lo que te cuente el amigo de turno para quien la frase “Pues a mí me ha gustado” es el colmo de la crítica. Lo que no hay es comparación en calidad, por decirlo de alguna manera.
Lei hace tiempo que un buen crítico es aquel al que lees aunque no estés de acuerdo con él. Lo firmo. Porque un buen crítico te debe aportar información, te ha de dar nuevos puntos de vista sobre una obra, te ha de ayudar a situar la obra en la carrera de un autor o en su tiempo, si es algo hecho hace años. No ha de quedarse en una simple guía de lectura. Que no está mal, ojo. Hace años leía las críticas cinematográficas de Jesús Palacios en Fotogramas y coincidía casi al 100% con ellas, de forma que podía fiarme bastante de su opinión. Cuando lei en uno de los primeros Gigamesh una reseña suya de una novela de James Ellroy, El gran desierto. La pillé y la disfruté enormemente (la mejor novela de Ellroy, sin duda), por lo que le estaré siempre agradecido. Pero es que los comentarios de Palacios eran interesantes por sí mismos.
También está la veracidad de lo que te pueda transmitir un crítico. ¿Te está diciendo esto un señor que está relacionado profesionalmente con la editorial, que es un conocido amigo, o enemigo, del autor? ¿Lo hace para estar a bien con la editorial y le sigan mandando copias de prensa? ¿Te lo puedes creer? ¿Es coherente? ¿Es un venado? Ahora me acuerdo de un crítico que abomina últimamente de Warren Ellis cuando hace algunos años escribió que el mejor cómic de superhéroes era The Authority...
En los pocos casos que me mandan copias de prensa, cada vez menos, lo que me deja en menos compromisos, procuro hablar bien de lo que me gusta. Hay poco espacio en Dolmen para reseñas y creo que es preferible decir las cosas buenas que hay por ahí. A veces, no se hacen porque sencillamente no tengo tiempo material de poder leer según qué comics. Y no hago reseñas de amigos. Si quiero hablar de alguna obra que me haya gustado de algún amigo lo haré aquí, mi rincón personal.
No nos olvidemos del crítico que para poder dejar bien a algo o alguien ha de poner por los suelos otra obra o autor. Es ridículo y me molesta. Puedes alabar lo que sea sin esta necesidad.
O, como muy bien dijo Manel Fontdevila, los críticos economicistas que valoran la obra en función de lo que cuesta. No recuerdo haber visto una crítica literaria o musical donde el crítico comenté lo caro o barato de tal obra. Seguramente se habrá hecho pero no con la gratituidad con que se da en la crítica de cómics.
O los que escriben de algo sin haberlo leído...
En fin.
¿Sirve de algo la crítica? No mucho, la verdad. Suele ir más dirigida a los ya convencidos. Pero la utilidad de las cosas no es el único motivo por el que se hacen. Y el arte, como dijo Wilde, es inútil.
Seguiremos con el tema. Por hoy creo que ya vale...