domingo, noviembre 06, 2005

Magnus, Robot Fighter: ¿Qué te han hecho, por el amor de Dios?


Si el gran dibujante Russ Manning, en lugar de trabajar para la editorial Western o en tiras de prensa, hubiera sido uno de los autores de Marvel y DC sería mucho más recordado y mucho más venerado por los lectores de hoy.
Pero aparte de ser el primer dibujante de prensa de Star Wars o de responsabilizarse de una gran etapa de las tiras y páginas dominicales de Tarzan, Manning será recordado por sus trabajos en comic-books como Magnus, una serie de la Western sobre un superhombre que se enfrenta en un futuro ideal a robots malvados. La premisa era sencilla y dio pie a algunos cómics la mar de simpáticos dibujados con eficacia por Manning.
En los noventa, Jim Shooter usó a Magnus como lanzamiento serio de Valiant, tras unos pocos cómics de los Mario Bros. Shooter escribió un puñado de muy buenos cómics, de lo mejor de su obra, ayudado por el dibujo de Art Nichols (quien, por cierto, anda buscado por numerosos aficionados que le pagaron hace tiempo comissions que nunca entregó; algunos ya amenazan con partirle la cara en cuanto lo vean en alguna convención) y las tintas de Bob Layton, quien con tanto robot y trasto mecánico podía lucirse.
Shooter empezó entonces la moda de ediciones especiales ya que los ocho primeros números de Magnus llevaban cromos de personajes de la serie a cargo de gente como Moebius, Gulacy, Kubert, etc... y un vale de compra. Los ocho vales de compra eran diferentes y contaban un combate de Magnus con un robot. Si mandabas los ocho vales, te regalaban el Magnus#0, un tebeo que no se iba a poner a la venta, que llevaba una historia inédita y una portada, preciosa, de Barry Windsor-Smith. Claro, si querías el cómic y quedarte con los vales, te tenías que comprar dos cómics. Un negocio para la editorial pero también una forma de forzar el coleccionismo de los aficionados que se acabaron cansando de maniobras así. Valiant se convirtió en una estrella fugaz que interesó a muchos lectores por un tiempo muy breve. En muy poco tiempo, los mejores autores empezaron a irse, Shooter fue despedido, los fans empezaron a dejar las colecciones. Entonces Valiant hizo un movimiento absolutamente ridículo: cortar la mitad de colecciones pero que las que quedaban tuvieran dos números al mes (y poner a autores de mayor calidad, eso sí). No funcionó. Giffen satirizó en Punx un anuncio que se había hecho con viñetas de los personajes de Valiant pero como si los dibujaran grandes de la pintura (Van Gogh y tal) añadiendo al final ¿Nos vais a hacer caso ahora?
Que va. Para nada.
Valiant/Acclaim relanzó poco después las colecciones obviando lo que se había hecho hasta entonces. Magnus volvió pero se había perdido mucho y poco quedaba del personaje de Manning. Por cierto, uno de los números de esta etapa fue dibujado por el amigo Paco Díaz (junto a un especial de Harbinger).
Ahora tenemos a Magnus por partida doble. Por una parte, Dark Horse anda reeditando en formato de lujo (tipo DC Archives, para entendernos: 200 páginas o más, tapa dura, sobrecubierta, buen papel, buena impresión) los cómics de Manning a base de escanear los tebeos originales de mala manera. Chapucero a más no poder, especialmente viendo que no son tomos baratos. Si los materiales no se cuidan más, es ridículo que lo editan de esta manera. No va en proporción.
La gente de iBooks, aparte de rumores sobre reediciones de la etapa Valiant, edita mientras una novela gráfica de un paquete de tres a cargo de Louise Simonson y Damion Hendricks, con diseños de Jim Steranko(quien tenía que hacer la portada pero ésta al final es de un John Watson bastante desganado).
Lo he leído hace un par de días y no tengo palabras.
Vaya un horror.
Que veo que lo va a editar Norma, por cierto. Lo siento por ellos pero creo que les han metido un gol.
Louise Simonson nunca me ha interesado especialmente. Siempre he detestado su pasión por los signos de exclamación constantes (que agradezco que haya ido perdiendo con los años). Su Magnus tiene elementos interesantes, se lo admito, pero está terriblemente mal contado. Sabes perfectamente desde su aparición quién va a ser el traidor, que el que parece que ha muerto no lo ha hecho y blablablá, resultando en una lectura terriblemente aburrida. Las motivaciones de los personajes no enganchan, los personajes son planos. Planos eran con Manning pero al menos allí había alegría y diversión, aquí nos encontramos con seres torturados que nos nos interesan lo más mínimo.
El diseño de Steranko no mata. Prefiero la clásica cota de malla roja con faldita. Puede ser más ridículo, pero tiene mucha más personalidad y es mil veces más llamativo. La contraportada (un dibujo extraño que se usa también en los créditos) parece de Steranko pero no va firmada. Si eso iba a ser la portada entiendo que lo cambiasen por algo más normal.
Pero lo peor de todo es el dibujo de Hendricks. He visto participantes en concursos de cómic de instituto con más talento. Es un dibujante torpe, que narra mal, que falla en las expresiones, que hace rígidos a todos los personajes, robots o no. Puede que buena parte de la culpa sea del entintado que da una sensación de torpeza bastante considerable.
En fin, que creo que me voy a releer mis comic-books de Manning, Shooter o Giffen porque voy a mantenerme bastante alejado de las próximas novelas gráficas de este equipo creativo y me he quedado con ganas de leer algo mínimamente digno de este personaje.