Tuve suerte y el otro día pude conseguir una de las pocas portadas de Antonio Bernal del Corsario de Hierro que se sabe que sobrevivieron. Tengo debilidad por el Corsario, me parece que con los años Víctor Mora aprendió qué funcionaba mejor y qué se podía mejorar de una fórmula que había usado durante años. Al Corsario lo hizo más humano, con una historia de venganza detrás, le dio múltiples amantes posibles (y cuando le gustó una, ay, ella se enamora de otro), le creó una galería de villanos recurrentes y una muy memorable lista de secundarios. Al forzudo, Mac Meck, le dio algo característico pero básicamente era un poco como Goliath o Taurus. Pero el tercero en discordia en el Capitán Trueno inicialmente había sido un crío que no daba mucho juego por lo que luego en El Jabato desapareció hasta que bien entrada la serie se presentó un elemento cómico: el poeta Fideo de Mileto. En la serie del Corsario, Merlini era como Fideo pero daba mucho más juego. A Fideo y su lira no podíamos oírlo y el gag era un poco el mismo siempre. Con Merlini, su elemento característico era visual y se prestaba a mucha más variación. Por no decir, que Mora reconoce que le gusta más el Corsario que Trueno y que hubo una consistencia gráfica y un nivel artístico muy importante gracias a la labor de Ambrós en todas las aventuras.
El original pertenece a Los buitres del Mediterráneo, una de las últimas aventuras, cuando Mora ya no la escribía. Era el nº54 de la serie roja de Grandes Aventuras Juveniles y el nº51 de la edición de B. Está algo tocado un trozo en que ha saltado la pintura arriba de la casa pero poca cosa. Salen los tres protagonistas, lo que no es muy habitual, por cierto...