Bueno, película no pero con esa duración lo parece....
Ya hablaré con más tiempo de mi visita a A Coruña pero subo hoy los enlaces de los vídeos a la visita guiada a la expo de superhéroes que comisarié allí y que grabó el amigo Ghanito. La visita debía durar una hora y cuarto y al final me pasé en una media hora. Entre que había dormido poco, que no hubo forma de hacer siesta y lo mucho que tuve que hablar casi sin parar, podréis ver que andaba algo espeso en algunos momentos...
Si queréis verlos, pinchad aquí, aquí y aquí.
Que os sea leve, si os animáis....
viernes, agosto 19, 2011
lunes, agosto 08, 2011
El hombre misterioso
Había una editorial A que editaba material de la editorial americana X.
Perdió los derechos.
La editorial A tenía un jefe muy misterioso del que todo el mundo decía pestes por detrás. Tenía más peligro que Hannibal Lecter practicando sexo oral. Los rumores volaban. El más usual era decir que había colocado a unos amigos, a cambio de una suculenta comisión, al mando de la venta por correo de atrasados. Cuando la editorial A ya no podía vender éstos, los encargados seguían vendiendo material.
La editorial A y la editorial B intentaron conseguir los derechos de la editorial C.
Decían que la editorial A envió una limusina a recibir a los encargados que mandaron desde C y que había puesto todo su empeño en conseguir esos derechos.
Los consiguieron.
El misterioso jefe desapareció un día de la editorial A. Decían que lo habían despedido, que se había ido, que lo habían trasladado. Nadie sabía nada seguro, como siempre. Era un hombre misterioso a fin de cuentas.
Los amigos del hombre misterioso seguían vendiendo. Incluso empezaron a tener ciertas responsabilidades editoriales.
Un día esos amigos le quitaron los derechos de la editorial C a la editorial A.
Nadie sabía dónde estaba el hombre misterioso.
Perdió los derechos.
La editorial A tenía un jefe muy misterioso del que todo el mundo decía pestes por detrás. Tenía más peligro que Hannibal Lecter practicando sexo oral. Los rumores volaban. El más usual era decir que había colocado a unos amigos, a cambio de una suculenta comisión, al mando de la venta por correo de atrasados. Cuando la editorial A ya no podía vender éstos, los encargados seguían vendiendo material.
La editorial A y la editorial B intentaron conseguir los derechos de la editorial C.
Decían que la editorial A envió una limusina a recibir a los encargados que mandaron desde C y que había puesto todo su empeño en conseguir esos derechos.
Los consiguieron.
El misterioso jefe desapareció un día de la editorial A. Decían que lo habían despedido, que se había ido, que lo habían trasladado. Nadie sabía nada seguro, como siempre. Era un hombre misterioso a fin de cuentas.
Los amigos del hombre misterioso seguían vendiendo. Incluso empezaron a tener ciertas responsabilidades editoriales.
Un día esos amigos le quitaron los derechos de la editorial C a la editorial A.
Nadie sabía dónde estaba el hombre misterioso.