Hay algo en la obra de David Rubín que me engancha. No sé qué es pero probablemente sea la pasión que se transmite en sus obras.
Mientras estaba esperando en el aeropuerto empecé a leer el primer tomo de El héroe, su último cómic, una versión libre de los doce trabajos de Heracles. Me lei sus 300 y pico páginas en un suspiro.
Para empezar hay que decir que Rubín es ambicioso. Contar los doce trabajos de Heracles en 600 páginas es un proyecto complicado: son muchas páginas para contar una historia muy vista, y luego está el riesgo de que no funcione en cunato a ventas. Rubín parece muy consciente de estos riesgos y para enganchar a los lectores (y que se lo compren, claro) bebe de numerosas fuentes. Del cómic de superhéroes más tradicional, como no se disimula desde el encantador prólogo o esa portada con la kirbyana mano de Heracles, pasando por los dibujos animados (las figuras de acción, el merchandising, como en el Hércules de Disney), el manga o lo que haga falta, una mezcla de influencias curiosa, muy funcional y que sabe llevar a su terreno.
Rubín juega con el mito conocido para contar la historia de un héroe por excelencia, con sus aciertos pero también con sus errores, pero lo que parece que le interesa de verdad es la figura, el arquetipo del héroe y para ello altera elementos para darle un giro nuevo al final de alguna historia, añade elementos modernos a la Grecia clásica (desde helicópteros a videojuegos), lo que haga falta para que una vieja historia sea nueva otra vez.
Habrá que esperar al segundo tomo para saber cómo acaba la historia. Y no me refiero a los doce trabajos sino a lo que pasará después. Porque ese final con Heracles adulto supongo que indica algo, claro.
El apartado gráfico es un placer. Desde el color, añadiendo espectáculo pero sin caer en lo chillón, pasando por juegos narrativos como esa sucesión de imágenes alucinatorias en la pelea en el coliseo de las amazonas.
Y la edición de Astiberri es perfecta. De las mejores que he visto últimamente.
En resumidas cuentas, lo recomiendo fervientemente.
martes, abril 19, 2011
Salón del Cómic de Barcelona (1): errores en exposiciones...
Quiero escribir un texto en condiciones sobre el Salón del Cómic de Barcelona ya que hay muchas cosas que comentar...
Menos mal que en las de gatos y zombies no había agradecimientos...
No pasa nada, un error ortográfico.
Allí había una vitrina con tebeos de diferentes editoriales de Tarzan. Se podía ver esto:
O sea, los tebeos de Tarzan de Hispano Americana ¡eran iguales que los de Novaro! ¡Y yo sin saberlo!
O sea, la información de Alix aparecía en el apartado de Blake y Mortimer por lo que alguien podría pensar que Jacques Martin es el creador de los protagonistas de La marca amarilla...
Pero mientras cojo aire os enseño unas fotos de algunas pifias que vi en exposiciones y que me divirtieron la mar. Por eso de seguir haciendo amigos y tal, que es un estilo de vida. Están tomadas, menos la primera, entre el sábado y el domingo, cuando ya había pasado tiempo de reaccionar...
El primero, claro, fue este agradecimiento en la exposición de Tarzan.
Menos mal que en las de gatos y zombies no había agradecimientos...
No pasa nada, un error ortográfico.
Allí había una vitrina con tebeos de diferentes editoriales de Tarzan. Se podía ver esto:
Pero la más divertida fue la de paneles comentando los personajes europeos más populares. Allí se podían leer cosas como ésta sobre el Juez Dredd:
Y lo siento pero no. La primera aparición del Juez Dredd en España fue en el tomo Guerra en las galaxias, una publicación extraña que mezclaba material de 2000 AD e italiano y que fue editado en 1978.
O podías ver esto en la parte dedicada a Felina. Y tampoco, Felina fue editada por Norma pero más tarde. En 1981, el primer álbum fue editado por Nueva Frontera...
Pero bueno, lo peor no era algún error involuntario, algún lapsus de alguien muy seguidor de Norma. Lo más gordo era ver cómo algunas cartelas se duplicaron y aparecieron en lugar de las buenas en otro sitio.
O sea, la información de Alix aparecía en el apartado de Blake y Mortimer por lo que alguien podría pensar que Jacques Martin es el creador de los protagonistas de La marca amarilla...
O la de XIII aparecía en el apartado de Spirou por lo que parecía que Spirou había nacido en el número 2000 y pico...
Menos mal que casi nadie se lee esas cosas...
Pero está visto que ni los responsables...