miércoles, octubre 05, 2005

En el espacio nadie puede oír tus aullidos

Ayer me estuve leyendo Full Moon Fever, una novela gráfica escrita por Joe Casey y Caleb Gerard y dibujada por Damian Couceiro. Me atrajo el tema en cuanto lo vi en el Previews: hombres lobo en la luna. Creo que se ha hecho algo antes sobre este asunto, algún clásico de la ciencia-ficción pero no recuerdo cuál (no soy un gran fan de este género). Lo que sí me gustan son los hombres lobo, la verdad.
No soy muy admirador de Joe Casey, nunca me ha llegado a emocionar lo más mínimo. Es correcto pero poco más. Y a veces ni eso. Este tomo no me ha hecho cambiar de opinión.
Y es que esta obra huele a la legua a intento de venderlo al cine (de hecho, a Casey se le escapa en un texto final que un director de cine leyó el guión de cómic), más que a un intento de hacer un buen cómic por sí mismo. Esto se muestra por ejemplo en el excesivo paralelismo con Alien. ¿Habéis visto la película, verdad? Pues eso: monstruo que se los va cargando uno a uno, desconcierto de los supervivientes, discusiones entre ellos por pasta en algún momento, un superviviente que se mete en una nave de salvamento y se encuentra una desagradable sorpresa, blablablá... Además, el origen de los licántropos es tremendamente ridículo (¿Para qué se molestan en darle una explicación científica si no va a ser verosímil?), por no mencionar la sorpresa final que ni es sorpresa ni es nada si has visto cuatro películas clásicas del tema.
En fin.
Lo mejor, tal vez, es el detalle de que la exploración científica está patrocinada por grandes corporaciones que se dedican a poner sus productos en la base lunar, por lo que pueden verse en el comedor una máquina de Coca-Cola y un dispensador de McDonald. Es una lástima que esta idea no se explote más. Al menos a los posibles productores de una posible película les iría de fábula para lo del product endorsement...
Del dibujo, mejor no hablar. El tal Couceiro dibuja unos hombres lobo muy a lo Mignola y son lo más presentable. El resto es tremendamente amateur, muy fanzinero. Bien narrado, eso sí, pero poco más. Me refuerza la impresión de que lo que querían era un cómic para poder mostrar a productoras antes que otra cosa...
En fin, a ver si hay más suerte la próxima vez que me lea alguna cosa rara...

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