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jueves, abril 25, 2013

Originales: Teniente Blueberry de Jean Giraud

Hace mucho tiempo que ha estado buscando una buena página del Teniente Blueberry de Jean Giraud (para mí siempre será un teniente). Las páginas de los primeros álbumes que antes eran más o menos asequibles (ahora, con la muerte de Giraud, ya no) que encontraba no me acababan de convencer y las de los posteriores eran muy caras (ahora ya ni hablemos).
Así estaba la cosa.
Hace unos meses un amigo con un gusto excelente tenía una página a la venta pero cuando le pregunté por ella ya estaba vendida. Pero tenía otra que aún no había subido y con la que llegamos a un acuerdo rápidamente. Sobre todo porque el precio era un chollo. Relativo, claro, pero digamos que menos de lo que uno ve por subastas y vendedores del mercado francés...
Es una página de El caballo de hierro, el séptimo álbum, y en él tenemos a Blueberry en varias viñetas, a su colega salvándole la vida, al malvado Jethro Steelfingers y unos indios maravillosos...

sábado, abril 20, 2013

El salón del Cómic de Barcelona de 2013: Mi visión


MIÉRCOLES
Como cada año, llego el miércoles a Barcelona dispuesto a disfrutar del salón del cómic de Barcelona. Sí, el miércoles. Ese día ayudo a montar el stand de Dolmen donde puedo ver ya varias de las novedades, como el precioso integral de Los reyes elfos de Víctor Santos. El amigo Vicente García está bastante relajado porque sus novedades están ya todas y ya sabe que la imprenta no lo va a dejar tirado.
Cuando acabamos nos unimos al editor de la línea Siurell, Jorge Iván Argiz, y al traductor Diego García que están viendo el final de un partido de fútbol del Barça de la Champions. Al acabar, nos vamos con el editor Jesús Moreno de Sinsentido y su mano derecha Cata a cenar al asador, como es tradición. Echo de menos a Horacio Altuna al que no he vuelto a ver este año. Allí se habla de tormentas perfectas, pleitos, en marcha y posibles, rumores sobre deudas de otras editoriales, anécdotas de Angouleme o la posibilidad de que Paco Camarasa dimita de su cargo en el gremio de editores de cómic. Lo más interesante es una conversación sobre las diferencias entre traducir cómics o novelas entre Cata y Diego mientras nos tomamos unas copas en el piano bar de siempre.
Ya en la habitación, con Vicente como un leño, Jorge Iván y yo nos ponemos a hablar de invitados a Avilés, posibles expos y autores de carteles…
JUEVES
Al llegar al salón, empiezo a mirar las exposiciones porque he dejado material para varias y quiero ver si está todo correcto. El año pasado era un poco desastre. No es el caso… Mejor.
La de Western es espectacular. El orden es un poco discutible (se me hace raro ver una página de mi muy querido Sheriff King en cada pared) pero hay piezas francamente sensacionales: la portada de Los Gringos de Víctor de la Fuente, la del primer Trinca de Palacios, las páginas de Batet de El Coyote, la prueba para Red Ryder de Jordi Buixadé…
Las de Superman, X-Men y Vengadores son dignas y mezclan piezas antiguas con material nuevo, normalmente de autores españoles. La de cuadernos de viaje tiene demasiadas reproducciones para mi gusto pero no hay muchas posibilidades de hacerlo de otra forma. La de Berenguer es un poco de relleno pero disfruto mucho con las fotos. La de Lola Lorente y José Domingo son curiosas por lo que muestran de sus procesos creativos.
Y las de José Ortiz y Ambrós son maravillosas. Hay piezas antológicas en ambas. Lástima que no haya originales de El Cuervo de Ortiz, que era una serie que me sigue entusiasmando… En la de Ortiz veo a Jordi Ojeda haciendo una visita guiada a unos niños. Qué moral.
Saludo a un  montón de gente. Por ejemplo, a Alejandro Martínez Viturtia, y comentamos el regreso de Panini al salón. O a Gonzalo Quesada, y hablamos de personajes del mundillo. O a Miguelanxo Prado que me cuenta que este año la edición de Viñetas desde O Atlántico parece más encarrilada. Toni Guiral que me comenta que sí, que los originales de Germán García que hay en la expo los ha dejado él, porque han conseguido localizarlo y por qué hay unas charlas sobre animación de Sri Lanka que le interesan  a  literalmente cuatro contados. Camarasa que me dice que sigue de jefazo del gremio de editores…
En el stand de EDT saludo a Dani Barbero que está emocionado de escanear originales de Mara de Enric Sió y comprobar que nunca se han reproducido bien, ni en España ni en Italia ni en ninguna edición que hayan podido ver. También saludo a Niki Navarro con quien hablo de su Serrallonga y de locuras varias. 
Me hago una foto con los mallorquines y varios representantes del Institut d’Estudis Baleàrics que son los que pagan el stand de Dolmen y la expo de Paco Díaz, Guillem March y Tomeu Morey (en el catálogo hay un texto mío) de dicho stand. Me cuentan que Tomeu, Tolo para los amigos, ha perdido el avión pero al final llega.  Me invitan a una comida institucional pero lamentablemente no puedo ir. O me escaqueo vilmente, como quieran.
Al final voy a comer con Joan Navarro y Emilio Gonzalo. Una comida muy larga con algunas copas al final donde hablamos de muchas cosas. Navarro comenta que Ortiz al ver la edición de Hombre la ha encontrado pesada y que se la ha autodedicado porque siempre hace dibujos para los tebeos de los demás pero nunca en los suyos. O su surrealista conversación con la gente del ayuntamiento de Alcalá de Henares para hablar de hacer una presentación allí de Diego Valor. De coleccionistas, de gente del mundillo, de cómo está el patio, de temas personales, de posibles exposiciones en Expocomic o Expomanga sobre falsos mangas. De postre pedimos “sopa mutante”. Con ese nombre había que probarlo…
Vuelvo al salón, donde me encuentro con Kiko da Silva que me comenta que su novela gráfica avanza y que no le queda mucho. Y con el amigo Ángel de la Calle con quien hablamos de muchas cosas diferentes. Ángel hace de representante de la Semana Negra y tiene varios compromisos de presentaciones y lo veo poco por el salón. Lástima.
José Ortiz está firmando y tiene una buena cola. A su lado está Miguel Fuster sin nadie. A Miguel me lo presentó Luis García el año pasado pero no he leído nada suyo aún. Pillo su primer tomo de 15 años en la calle y me hace un dibujo precioso. Me recuerda y me comenta que Luis vendrá al día siguiente.
Me encuentro con Max y hablamos del blog de Vapor y del cambio de fechas de la entrega de los premios del salón, con Javitxu y Laureano de Astiberri y comentamos cómo pinta todo… Por allí andan David Rubín y un rejuvenecido José Domingo…
Y tropiezo con Félix López de Tebeosfera  y su mujer que pasean un Gran Catálogo de la Historieta. No es que yo haya hecho mucho allí (alguna ficha, escanear alguna portada) pero no puedo evitar sentir que es algo también mío. Tiene una pinta estupenda.
Me encuentro con un amigo coleccionista que me cuenta el extraño sistema para conseguir dibujos de ECC. ¿Dan número por la mañana y has de estar todo el día en la cola o pierdes el turno? Espero que lo cambiaran porque no poder hacer nada más que cola es un poco absurdo…
Me acerco al stand de Dolmen donde veo a Fernando Blanco que me cuenta que anda dibujando Phantom Stranger con guiones de J.M.DeMatteis ¡sin Didio! No está mal, no, señor. Hablando con Paco Díaz viene Yanick Paquette a saludarnos. Se acuerda de mí, de Avilés. Bromea sobre los originales que he prestado para las exposiciones y sus dedicatorias. Raro es el que no me comenta el tema pero de él me sorprende especialmente.
A cenar con los amigos comentando el día y a dormir que estoy molido.

VIERNES
Dedico buena parte del día a conseguir los encargos que me han hecho mis hijos. Algunos son sencillos. Otros sólo lo parecen. Arg. Pillo varios tomos de Mico y Librigar Mico que me faltaban. Algo es algo.
Veo a Ángel Unzueta, Pascual Ferry y Koldo Azpitarte que se dedican a sacarse trapos sucios. Bueno. Sólo sacan de uno de ellos.
José Luis Ágreda está firmando en el stand de Dibbuks su recopilatorio de material de El Jueves. Lo pillo.
Veo a Ángel de la Calle hablando con Ricardo Esteban de negocios literarios. A ver si sale… Luego me voy con él a dar una vuelta y nos encontramos a Martí con quien sólo había coincidido en Palma hace años. Se suma Camarasa contento de que Santiago Sequeiros haya acabado por fin un cómic que empezó hace unos diez años…
Me voy a comer con Paco Díaz y comentamos la jugada. Pero sobre todo comemos estupendamente.
De regreso me encuentro a Luis García y con Miguel Fuster. Como no tengo mucho que hacer en ese momento me voy con ellos a ver de nuevo la expo de western. Luis me comenta sus achaques de salud pero lo veo tan simpático, tan majo y con tan buena memoria como siempre. Me gusta horrores ver las expos con él porque siempre hace observaciones desde el punto de vista de dibujante muy interesantes y aprendo siempre algo nuevo.
Voy a la presentación del Catálogo de Tebeosfera donde puedo saludar a Manuel Barrero. A la presentación tenía que ir Antonio Martín pero no va al final. Tampoco iría a la mesa redonda de crítica del día siguiente. Sé que pasó por el salón pero ante su ausencia, y por el famoso texto de la tormenta perfecta, hubo comentarios para todos los gustos.
Me comentan que ha habido bronca entre dos dibujantes y que casi llegan a las manos. Lamentable.
Pillo a Barrero, y a Félix, para que me firmen el Catálogo. No quieren y sufren pero lo hacen. Más habrá sufrido Barrero con la entrevista que le acaban de hacer.
Me encuentro con Manel Fontdevila. Puede que pronto aparezca otro tomo de La parejita. Bien. Y también con Rodney Ramos que se ha acercado de nuevo por España y que sigue tan loco como siempre. Y a Javi Pulido que anda trabajando en Ojo de Halcón.
Pillo dedicatorias en el stand de Dolmen a David Ramírez y a Jesús Alonso Iglesias. Del segundo no tenía nada. El primero me dibuja en el nuevo tomo de Sexo raro donde hice el prólogo. Y digo bien, “me”. Una salvajada.
Voy al hotel a descargar tebeos y nos vamos a cenar. Luego en el piano bar hay una convención y una despedida de solteros o algo así y nos largamos varios de diversos grupos que han ido llegando a una terraza. Allí hablo de originales de Corben con Ariel Olivetti y Carles Santamaria explica que el cambio de día de la entrega de premios ha sido por temas de agenda por la firma del viernes en la FNAC, ya que este año se hacía la entrega dentro del saló con público y a una hora más temprana para que la gente no saliera a las tantas sin haber cenado, y muchos nominados estaban firmando y no daba tiempo para que volvieran, que el año que viene se volverá a hacer el viernes y se arreglará. También comenta que se ha desbloqueado la situación del Museo del Cómic, que por cuestiones burocráticas no será “nacional” pero que en poco tiempo se montará la fundación y que se pondrán en contacto con las diversas asociaciones existentes. Y que será de cómic e ilustración, que lo de animación y videojuegos se ha descartado. Me alegro.

SABADO
Empiezo yendo a la reunión, la primera oficial, de la Asociación de Críticos y Divulgadores de Cómic (ACDCómic). Alguno está bastante perjudicado de la noche anterior… Salgo a media reunión porque tengo una cita en el salón con Edmond, a quien le pillo material de Jan Europa y del Club del Misterio. Un encanto.
Tras hablar un rato con Fernando Tarancón de Astiberri, me voy a comer con Diego y su móvil que me comenta las últimas novedades de comentarios en redes sociales. Alguna es muy curiosa y me afecta, por lo que tengo que entrar a puntualizar…
Asisto por la tarde a la presentación oficial de la ACDComic y a la mesa redonda sobre crítica. Las intervenciones son tal vez demasiado largas, lo que la hace poco ágil, pero hay ideas interesantes… Antes he hablado con el Señor Absence, uno de los participantes, sobre una muy interesante entrada en el blog de su mujer sobre los carteles del salón comentados por sus autores.
Veo a Martí firmando y lo asalto con una copia saldada de Taxista. Antes le ha ido Jesús Moreno aunque con el Atajos ya que va haciendo trueques con otros editores…
Tras hablar de Blanc-Dumont y su estilo en Blueberry con Norberto, voy al encuentro de Adam Hughes con el público. A ver cómo lo digo de la forma más educada posible…
El traductor es un horror.
Es americano o inglés. Habla mal español. Traduce “ cautionary tale” por “ historia cautionaria” o algo parecido. Hughes habla de Juego de tronos y él habla de Thrones. Hughes habla de Storytelling y él traduce contar historias en lugar de narrativa. Así todo el rato. Traduce frase a frase por lo que la espontaneidad se va a tomar viento. A los diez minutos me levanto y me voy antes de que me sangren los oídos.
Me chivan los premios. Si son esos me gustan.
Voy a la entrega de premios. Sí, lo son. Me alegro un montón por Prado y por Purita Campos. Creo que el salón tenía una deuda con ella desde hacía años y por fin se ha resuelto.
El salón cierra. Muchos van al GRAF pero a mí me pilla cargado y paso de ir tan lejos. Vamos a cenar la gente de Dolmen y Dibbuks con Pérez Navarro que se suma. Una cena para recordar porque el servicio fue tan terrible que por poco acabamos de mala manera…
Algunos pasamos por el piano bar. Allí están varios amigos y aprovecho para irme despidiendo. El domingo vuelvo a primera hora.
La sensación que me ha dado este salón, de forma global, es que las expos han sido muy interesantes, que las charlas han de ser algo más que tratar los temas de las expos o encuentros de unos pocos invitados, que tener a las librerías juntas es una buena idea y que se ha de seguir en esta vía.
Pero sobre todo que la crisis hace daño al sector, que va más allá de una u otra editorial porque hay muchas que van ahogadas, por no decir librerías o distribuidoras... Cruzo los dedos por todos.
Hasta el año que viene, ¡eso es todo, amigos!

jueves, abril 18, 2013

Recuperando Textos: Por qué me gustan los tebeos

El siguiente texto fue escrito hace unos meses para el libro de una asociación fallera de Alzira que este año montaba una falla sobre cómics. El encargo me vino del amigo Antonio Busquets que era el coordinador. Una parte del grueso tomo está dedicado a este tema por gente como Antoni Guirtal o Manuel Barrero. Como es un texto muy general (el tema era "Por qué me gustan los tebeos") y que pocos de los amigos podrán leer, he pensado que a alguno le podría hacer gracia leerlo...



Una pregunta sencilla.
Una respuesta complicada, tal vez. Perdonen si me voy alguna vez un poco por las ramas...
Uno de mis primeros recuerdos relacionados con los tebeos es estar con una de mis tías, con la que me llevaba pocos años, leyéndome uno de los primeros álbumes de Mortadelo y Filemón. Ella se partía de risa constantemente y yo le decía “¡Pero deja de reírte y sigue leyendo!”.
El día que mi maestra me dijo que ya sabía leer del todo le pedí a mi madre que me comprara un cómic.
Pronto, a los tebeos de Disney del gran Carl Barks, a Mortadelo, a Asterix, a Tintin, al Capitán Trueno, se les sumaron los cómics Marvel que con mis seis añitos fueron una conmoción.
Desde entonces no he parado. Los cómics me han acompañado siempre. No siempre los mismos, claro. Cuando veo mis numerosas estanterías y veo los álbumes, los tomos, cuadernillos, comic books o lo que sea que se acumulan de forma inmisericorde, sé cuándo los lei y me recuerdan momentos o personas muy concretos de mi vida. Los tebeos de la Editorial Valenciana son los veranos de mi infancia, los Tintin me evocan a uno de mis tíos que me regaló la colección completa, los Peanuts, una de mis tías que hizo lo mismo, Cairo los años del instituto y Watchmen mis años en Barcelona...
Los tebeos me han dado grandes momentos de felicidad, me han divertido, me han emocionado, me han enseñado.
El mundo del cómic tiene varios puntos buenos a destacar. Uno es la facilidad que hay para contactar personalmente con autores gracias a las numerosas jornadas, sesiones de firmas, presentaciones que se dan a lo largo de todo el año y por todas partes prácticamente. Y si nos miramos internet, ya ni hablamos. Pocas vanidades, estilos de vida sanos, gente con la que da gusto relacionarse mayoritariamente.
Otro es el elevado nivel cultural que puede uno encontrar en él pese a los chistes fáciles, a los tópicos, a que los medios les encante enseñar gente disfrazada en salones y todo eso. Algunas de las tertulias sobre cine o literatura que más he disfrutado en mi vida ha sido con gente del cómic. ¿Saben eso del sabio que señala las estrellas y el tonto que mira el dedo? Adivinen quién es quién en la relación entre el mundo del cómic y los medios. Afortunadamente, los prejuicios van remitiendo.
Otro de los hechos diferenciales de este mundillo, si lo comparamos con otras modalidades artísticas, es el gran interés que tiene un porcentaje muy elevado de aficionados por los aspectos más teóricos del cómic: su historia, sus creadores, la crítica... Esto es algo que es reconocido hasta en premios del sector, por cierto. ¿A que no hay Oscar o Grammys o lo que sea al mejor trabajo crítico? Aquí se hace.
Aunque he hecho varias cosas dentro del mundo del cómic, mi principal labor ha sido como teórico, escribiendo críticas, artículos, reseñas, supervisando textos ajenos en revistas especializadas, pero si hay un tema en el que sobre todo soy conocido es por mi pasión por el coleccionismo de originales.
Los originales, por si no lo sabes, querido lector, son las páginas dibujadas por el autor de su puño y letra.
Son piezas muy apetitosas, porque son los dibujos originales con sus correcciones, sus manchas, permiten ver el proceso de trabajo del dibujante, las notas editoriales...
Son raras ya que sólo hay uno normalmente. Bueno, hasta hace relativamente poco, sólo había uno. Ahora puede haber dos, uno con los lápices y el otro con las tintas sobre los lápices escaneados. Pero lo habitual es uno.
A diferencia de otros países, donde para conseguir un dibujo del autor en una sesión de firmas, lo típico es tener que pagar, en España los autores no cobran. Así que, de jovencito, en cuanto veía un autor le pedía un dibujo en alguno de mis cuadernos. Bueno, de jovencito y ahora, que en esto sigo igual.
Mientras estudiaba la carrera hice amistad con varios colaboradores de diferentes editoriales dodne se dedicaban a escribir textos o a traducir cómics. Uno de ellos coleccionaba originales y me enseñó sus piezas. Aparte, asistí a numerosas exposiciones de originales (las exposiciones buenas suelen hacerse a partir de originales, no de reproducciones, claro). Era algo maravilloso.
Evidentemente, en cuanto empecé a trabajar y en la medida de mis posibilidades me puse a comprar originales.
Americanos.
Porque los precios de los originales de los EEUU eran francamente baratos por entonces comparados con los que se pedían por los de autores europeos o españoles. Aparte, allí lo tenían mejor organizado, con sus representantes o sus anuncios en publicaciones.
Era 1992. Ya ha llovido.
Desde entonces he ido consiguiendo piezas de algunos de los nombres indiscutibles de la historia del cómic americano. Hasta con los españoles y algunos europeos me he animado, oigan.
Ahora, pese al tiempo transcurrido, cada vez que me llega un paquete con un original me sigo emocionando.
He organizado exposiciones y prestado piezas para exposiciones en sitios como Asturias, Alicante, Palma de Mallorca, Barcelona, Granada o A Coruña.
He hecho visitas guiadas para muchas de ellas pudiendo ver el interés que despiertan tanto en aficionados como en gente vagamente interesada en el tema. He contactado con otros coleccionistas de todo el mundo, incluyendo algunos nombres muy conocidos del cine que son también coleccionistas de originales y a los que no hubiera llegado a conocer de otra forma probablemente. He participado en libros extranjeros sobre el tema.
Ver un original, como decía más arriba, te permite aprender mucho de cómo trabaja un dibujante: el tamaño y el tipo de papel, si entinta con pincel, plumilla o un rotulador cutre (como hizo cierto autor cuando tenía que presentar un trabajo y se había roto unos dedos; resultado: se ataba un rotulador con esparadrapo y adelante), si es limpio y preciso o si tiene que estar con el Tipp-Ex todo el rato. También es muy curioso desde un punto de vista más histórico en ocasiones ya que los originales de los tebeos españoles de los años cuarenta, en plena postguerra, son muy pequeños por la escasez de papel. Muy educativo, la verdad.
También es cierto que hay un componente mitómano. Saber que esas páginas las han tenido en sus manos algunos autores que admiro profundamente es algo que es muy difícil describir.
Pero hay otro factor muy importante, el que mueve a una mayoría importantísima de coleccionistas de originales: la nostalgia. Y es que tener originales de historias que leíste de muy joven, o no tanto, que te marcaron, viñetas que tienes grabadas en las retinas, es casi viajar en el tiempo a momentos muy especiales, muy felices, de tu pasado.
En la actualidad, monto exposiciones, escribo algunos textos para revistas especializadas o para alguno de mis blogs, pero sobre todo leo. Leo muchísimos cómics. Mis hijos se han aficionado. Gran sorpresa. Siempre he abogado por el proselitismo. Si un hincha de un equipo de fútbol, intenta que a sus hijos les interese, ¿por qué no iba a hacer yo lo propio? ¿Por qué no regalar un cómic a alguien por un cumpleaños si crees que lo va a disfrutar conociendo sus gustos? La experiencia me ha demostrado que funciona.
En la actualidad hay cómics para todos los gustos: historias autobiográficas que te dejan con el corazón en la garganta, trepidantes historias de acción, sátiras terriblemente incisivas. Lo que quieran.
Pasen y lean.