Hay autores, que pese a sus errores, a sus evidentes puntos débiles, a sus irregularidades, me siguen atrayendo a cada nuevo trabajo. Uno de ellos es Garth Ennis. El último que ha caído en mis manos es el recopilatorio Fury: Peacemaker.
La pasión de Ennis por las historias bélicas, sobre todo las ambientadas en la Segunda Guerra Mundial, es evidente. Ya sea en bufonadas como Las aventuras de la Brigada de Fusileros, los one-shots War Story o recuperando personajes clásicos de la DC como el As Enemigo o el Soldado Desconocido, Ennis ha tocado el género en diversas ocasiones con enfoques bastante diferentes.
Ennis ya ha colaborado varias veces con Darick Robertson (de hecho están colaborando de nuevo en la serie regular The Boys). Ellos fueron los responsables de una miniserie de seis números donde se mostraba a un Nick Furia vencido por burócratas en un mundo sin Guerra Fría, un poco el fin del personaje. Más tarde se encargaron de mostrar las aventuras de Frank Castle, el Castigador, en Vietnam en otra miniserie, Born, y cómo aquella experiencia le formó. La serie limitada que nos ocupa ahora es un poco mezcla de las dos...
La historia empieza antes de que Nick Furia monte los Comandos Aulladores. Está en Túnez y un mariscal alemán machaca a las fuerzas aliadas. Furia es uno de los escasos supervivientes y huyendo por el desierto encuentra a unos comandos ingleses muy particulares que serán decisivos en el estilo del posterior grupo de comandos dirigidos por el Sargento Furia. En cierta forma, es el germen de la idea del pintoresco grupo. La parte principal del relato acaba relatando el reencuentro de Furia, los comandos ingleses y el mariscal alemán en los momentos finales de la guerra incluyendo la nueva versión de la continuidad Marvel de qué le pasó en el ojo izquierdo a Nick Furia.
No deja de tener gracia el intentar cuadrar al Sargento Furia con el personaje posterior, el Coronel Nick Furia, el superespía de Marvel por excelencia, ni que le hayan dejado meter alguna gamberrada a Ennis como implicar que Furia se carga a un superior por incompetente a principios del relato. Pero pese a que la miniserie se lea sin demasiados problemas, hay detalles que chirrían bastante como ese amor por la guerra que desprenden las conversaciones entre el jefe de los comandos ingleses y Furia, que supera cualquier otra cosa que puedan sentir y que les haría traicionar a su país... Un tanto exagerado y ridículo, por no decir poco creíble.
Robertson es un dibujante cumplidor. No es un gran dibujante, pero narra con claridad y detallismo, y tiene, seguro que es un motivo que le gusta a Ennis, un cierto punto feísta y caricaturesco muy del estilo del cómic británico. En este tipo de relatos su estilo funciona mucho mejor que en los cómics de superhéroes más tradicionales.
Al final nos queda un tomo entretenido pero poco más y que olvidaré con bastante rapidez, probablemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario