Conocí a Georges Bess en 1999, en Expocomic. Fue surrealista. Después de su charla, un miembro de la organización me pidió a ver si me lo podía llevar a un bar a tomar algo. El hombre estaba un poco abandonado, me dio la impresión.
Acabamos en un tugurio cercano, bebiendo y hablando un poco de todo. Cuando supo que era de Mallorca me explicó que pasaba en Formentera largas temporadas.
Al final, le acabé pidiendo un dibujo para publicar en dolmen que no se usó porque emplea un lápiz con una mina que cambia de color según la posición y según se va gastando. Intentar que quedase bien en una revista en blanco y negro era imposible...
La raya del medio es, evidentemente, porque usó las páginas izquierda y derecha como un único "lienzo".
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