Este verano vi actuar a la Blues Brothers Band en Palma. No estuvo mal aunque se notaba bastante desgana en muchos de sus miembros. Lo que sí me gustó fueron los teloneros: Cool Daddies, una banda local de rockabilly. Eran de mi quinta, con principios de alopecia y algo de sobrepeso, en fin, que me sentí identificado con ellos. Tocaron de maravilla. Sus versiones eran impecables, los guitarras eran soberbios, el cantante tenía una voz potente, sus temas originales no estaban nada mal (aunque las letras eran bastante mejorables, eso sí). Me pillé un disco, más bien maqueta, que han sacado y que sin estar mal no les hace justicia a su directo.
Junto a este disco estuve escuchando dos discos en directo de la gira europea del 2004 de los Stray Cats, el de París y del de Barcelona. Más que nada para mortificarme ya que no encontré entradas para el concierto de Barcelona y del de Gijón tuve que pasar por el prohibitivo precio del billete de avión. Hay en total quince discos en directo de la gira europea, por si hay completistas por ahí, incluyendo el de Gijón, claro. Estos discos recogen los temas de siempre, los mayores éxitos de los Stray Cats, junto a algunas versiones sorprendentes. No están mal. El sonido es algo crudo (y es que una semibatería, un bajo y una guitarra en directo a veces queda un poco pobre, seamos sinceros) pero hay mucha energía y ganas. Y talento. Lee Rocker es un gran bajo pero Brian Setzer es considerado uno de los mejores guitarras con motivo.
Pero lo que estoy disfrutando un montón es el último disco en solitario de Setzer: Rockabilly Riot Vol 1. Es un homenaje a la Sun Records, la discográfica por excelencia ligada al Rock'n'Roll clásico como la Motown lo es al soul. Setzer recoge 23 canciones de la Sun Records que fueron interpretadas por grandes nombres como Elvis Presley, Roy Orbison, Carl Perkins o Jerry Lee Lewis, y muchos ilustres desconocidos. De los "famosos" escoge canciones oscuras con la excepción del Blue Suede Shoes de Perkins pero lo mejor es la cantidad de grandes, maravillosas, desconocidas canciones que Setzer rescata del olvido. Además, este homenaje le sirve para jugar con la técnica. La batería sólo tiene un platillo, como en los 50, las guitarras son de la época, como los amplificadores, el bajo es de pie, las voces tienen un ligero eco conseguido no mediante trucos de grabación sino por grabarlas en un depósito de agua del siglo XIX (Elvis usaba una escalera de caracol o algo así, en esos tiempos). De este disco destacaría, por decir algunas, Just Because, Mona Lisa(conocía la versión de Nat King Cole pero no que ésta fuera una versión melódica de un rock), Lonely Weekends, Peroxide Blonde (on a hopped up model Ford), Red Cadillac and a black moustache y Flatfoot Sam. Un disco muy divertido, muy agradable y que estoy disfrutando un montón.
Veo que Setzer ya anuncia un nuevo disco de canciones navideñas con su Brian Setzer Orchestra (y para variar, con una canción más en la edición japonesa, ¡maldición!) pero está claro que va a haber un volumen 2 de su homenaje a la Sun Records.
Pero lo que me gustaría ver de verdad es a Setzer interpretando en directo los temas de este disco. Y con los Cool Daddies de teloneros, ya puestos.
¡Comics! ¡Cine! ¡Rock! ¡Novela negra! ¡Series de televisión! ¡Lo que me salga de las narices!
viernes, octubre 28, 2005
Keith Giffen: ¿En qué piensa este hombre?
Esta semana he leído What were they thinking?, un cómic editado por Boom Studios y que consiste en coger un cómic de guerra de la Charlton dibujado por Wally Wood hace la pera de años cuyos derechos han caducado y cambiarle los diálogos para convertir unos cómics de guerra con un argumento de derribo en un cómic de humor políticamente incorrecto.
Lo de cambiar diálogos no es nuevo. Lo hemos visto en programas de humor televisivo o en la película Woody Allen, el número 1/Lily la tigresa donde Allen cambió los textos de una película de espías chinos (y que la distribuidora española cambió aún más; recuerdo una escena con unos chinos en una barca cantando Desde Santurce a Bilbao o algo así...). Personalmente, creo que se pueden hacer buenos gags con esto, pero es difícil poder mantener la gracia por periodos desmasiado extensos, queda demasiado forzado.
Bueno, pues aquí tenemos el experimento éste. Son cuatro historias. La primera va de un pelotón de mujeres feas (hombres en el cómic original, claro) intentando pillar novios entre el enemigo. El segundo va de un soldado idiota que rescata a un espía francés con un fuerte acento alemán. El tercero va de otro soldado idiota que rescata él solito a toda una isla sometida a los japoneses pese a la oposición de los indígenas que también se quieren librar de él. La cuarta va de sanas relaciones masculinas, camaradería y deseos de intercambiar fluidos en primera línea.
Giffen y su colega Mike Leib no son precisamente sutiles. Humor salvaje, políticamente incorrecto, ganas de provocar a mansalva un tanto facilonas. Algún gag ocasional funciona bastante bien (¡Wow! ¡Qué suerte! El tanque va y explota entre viñetas...) por apoyarse en el dibujo o en la narrativa. Pero la mayoría de gags se basan en puro diálogos o textos que apenas tienen algo que ver con lo que se ve, lo que disminuye bastante el resultado final.
Pero no me sorprende que Giffen haga esto porque es un señor que siempre se inventa a sí mismo. Cuando se hartó de dibujar a lo Kirby se fue a vender aspiradoras puerta a puerta. Luego vuelve y en la Legión de Superhéroes se convierte en un autor hot cuando aún no se gastaba esta expresión. De repente le pega con copiar a José Muñoz, un hecho que no tiene ni justificación ni explicación ninguna porque el cómic de superhéroes y el estilo de dibujo de Muñoz no pegan mucho, la verdad. Crea a Lobo, lo va convirtiendo poco a poco en un personaje popular y luego pasa de él. Hace Ambush Bug, un cómic de humor que deja descolocados a la mayoría de lectores. Desaparece grandes temporadas y luego vuelve con un proyecto absolutamente diferente de lo que uno se espera de él. Y si no, mirad la Liga de la Justicia. A ver quién es el guapo que se esperaba tanto humor en una colección de un supergrupo. A veces es genial, a veces las cosas no le salen bien (ojalá pudiera haber visto el final de Punx en Acclaim porque algunos de sus gags eran memorables), a veces no tiene suerte (su etapa con los Bierbaum en la Legión es lo mejor que se ha hecho con esos personajes en toda su historia; lástima que las ventas no acompañaran). Ahora está haciendo cosas para Boom incluyendo un cómic que parece muy inspirado por Battle Royale.
Puede que a veces no me convenza lo que hace, que crea que se equivoca completamente pero con un cómic de Giffen siempre sé una cosa: que tendrá algo que me sorprenderá.
Por eso pillé este cómic y, pese a sus carencias, ahí estaré en elpróximo trabajo de Giffen.
Lo de cambiar diálogos no es nuevo. Lo hemos visto en programas de humor televisivo o en la película Woody Allen, el número 1/Lily la tigresa donde Allen cambió los textos de una película de espías chinos (y que la distribuidora española cambió aún más; recuerdo una escena con unos chinos en una barca cantando Desde Santurce a Bilbao o algo así...). Personalmente, creo que se pueden hacer buenos gags con esto, pero es difícil poder mantener la gracia por periodos desmasiado extensos, queda demasiado forzado.
Bueno, pues aquí tenemos el experimento éste. Son cuatro historias. La primera va de un pelotón de mujeres feas (hombres en el cómic original, claro) intentando pillar novios entre el enemigo. El segundo va de un soldado idiota que rescata a un espía francés con un fuerte acento alemán. El tercero va de otro soldado idiota que rescata él solito a toda una isla sometida a los japoneses pese a la oposición de los indígenas que también se quieren librar de él. La cuarta va de sanas relaciones masculinas, camaradería y deseos de intercambiar fluidos en primera línea.
Giffen y su colega Mike Leib no son precisamente sutiles. Humor salvaje, políticamente incorrecto, ganas de provocar a mansalva un tanto facilonas. Algún gag ocasional funciona bastante bien (¡Wow! ¡Qué suerte! El tanque va y explota entre viñetas...) por apoyarse en el dibujo o en la narrativa. Pero la mayoría de gags se basan en puro diálogos o textos que apenas tienen algo que ver con lo que se ve, lo que disminuye bastante el resultado final.
Pero no me sorprende que Giffen haga esto porque es un señor que siempre se inventa a sí mismo. Cuando se hartó de dibujar a lo Kirby se fue a vender aspiradoras puerta a puerta. Luego vuelve y en la Legión de Superhéroes se convierte en un autor hot cuando aún no se gastaba esta expresión. De repente le pega con copiar a José Muñoz, un hecho que no tiene ni justificación ni explicación ninguna porque el cómic de superhéroes y el estilo de dibujo de Muñoz no pegan mucho, la verdad. Crea a Lobo, lo va convirtiendo poco a poco en un personaje popular y luego pasa de él. Hace Ambush Bug, un cómic de humor que deja descolocados a la mayoría de lectores. Desaparece grandes temporadas y luego vuelve con un proyecto absolutamente diferente de lo que uno se espera de él. Y si no, mirad la Liga de la Justicia. A ver quién es el guapo que se esperaba tanto humor en una colección de un supergrupo. A veces es genial, a veces las cosas no le salen bien (ojalá pudiera haber visto el final de Punx en Acclaim porque algunos de sus gags eran memorables), a veces no tiene suerte (su etapa con los Bierbaum en la Legión es lo mejor que se ha hecho con esos personajes en toda su historia; lástima que las ventas no acompañaran). Ahora está haciendo cosas para Boom incluyendo un cómic que parece muy inspirado por Battle Royale.
Puede que a veces no me convenza lo que hace, que crea que se equivoca completamente pero con un cómic de Giffen siempre sé una cosa: que tendrá algo que me sorprenderá.
Por eso pillé este cómic y, pese a sus carencias, ahí estaré en elpróximo trabajo de Giffen.
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