En el salón del cómic de Barcelona del año 1989, no había costumbre de anunciar anticipadamente quién iba a firmar y cuándo. Era todo mucho más improvisado. Por eso nunca sabías a quién te ibas a encontrar haciendo dibujillos. Me encontré a Pascual Ferry en el stand de Toutain a una hora intempestiva (un domingo sobre las tres de la tarde o algo así). Esto es lo que hizo.