Durante muchos años, a muy pocos les interesaban los originales de comics, incluyendo a la gente de la industria. Eran un paso de un proceso más industrial que artístico. Los originales se perdían, se regalaban, se destruían, se quemaban.
Cuando digo gente de la industria van incluidos los dibujantes. Sólo parecía haber un interés cuando se trataba de una obra propiedad, o copropiedad, del dibujante. Y era más para garantizar que no hubiera problemas para ediciones posteriores o para otros países que otra cosa, seamos sinceros.
Hablemos ahora de un caso concreto: los dibujantes españoles que trabajaron para la Warren. Prunés, García, Maroto, González, Beá, Torrens, Auraleón, Bermejo, Ortiz, Sánchez, Monés, Mas... Un porrón de gente. Al recientemente desaparecido Fernando Fernández lo pondremos aparte porque fue lo suficientemente hábil como para guardarse los derechos de sus trabajos editados en la Warren.
He leído por ahí que no tenían contrato. Así que los acuerdos debían de ser verbales entre Jim Warren y Josep Toutain. El primero ha tenido problemas mentales y el otro falleció. Aclara ahora qué se estipuló.
Los autores estuvieron trabajando muchos, muchos años para la editorial en unas condiciones. Si no se devolvían los originales, ¿por qué seguían trabajando? ¿Por qué no les importaba? ¿Por qué como cobraban muy bien (como cuatro veces lo que cobraba un director de banco de la época, me comentó un autor) les compensaba? No lo sé.
Pasan los años. Warren cierra. Al cabo de un tiempo se pone a vender originales directamente o a vendedores especializados que los revenden. Varios autores, americanos únicamente que yo sepa, emprenden acciones legales. El material sigue circulando a día de hoy por lo que no sé si la demanda llegó a alguna parte, si hubo sentencia, si se desestimó o si hubo un acuerdo particular que no ha trascendido.
Pero sí hubo material de autores españoles de Warren que se devolvió. En la galería de CAF de Esteban Maroto se venden páginas de una historia para Creepy. Recuerdo una exposición de Pepe González en la librería Norma Comics de Barcelona donde había páginas de Vampirella. Todo ello, no hace más que liar más la situación. Puede que a partir del momento en que Toutain se hizo editor los originales no dejaran España y se mandaran sólo los fotolitos. Quién sabe.
Evidentemente, si lo compras al autor está clara la honestidad de la procedencia pero si son piezas que han pasado por las manos de varios coleccionistas es complicado saber la situación legal concreta de esas páginas.
Porque durante todos esos años, la actitud de los dibujantes cambió radicalmente y se exigía por sistema la devolución de los originales. Por fin. Viva y bravo.
Pasamos al presente. Varias situaciones.
La primera, la más complicada. Autores fallecidos. ¿Cómo contactar con los herederos de Auraleón o Pepe González? ¿Quiénes son? ¿Qué postura tienen respecto a esos originales no devueltos?
La segunda, autores vivos (y por muchos años). Con dos posibilidades, que pasen o que los quieran recuperar amparándose en que según la ley de propiedad intelectual se ha de firmar una factura oficial donde se certifica la venta de esa obra física. Y facturas, pocas se ven en este mundillo. Como mucho comprobantes de pagos por Paypal...
OK, hablamos de leyes. Me pongo en contacto con amigos y uno de ellos, juez, me dice que en el caso de la Warren se tendría que mirar el contrato o los acuerdos verbales y si se establecía la propiedad de los originales. Complicado.
También añade que al tratarse de material americano se aplicaría la ley americana, no la española. A saber qué pone.
Me indica que, conforme a la ley española, sería de aplicación el artículo 1955 del Código Civil que señala:
El dominio de los bienes muebles se prescribe por la posesión no interrumpida de tres años con buena fe.
También se prescribe el dominio de las cosas muebles por la posesión no interrumpida de seis años, sin necesidad de ninguna otra condición.
En cuanto al derecho del dueño para reivindicar la cosa mueble perdida o de que hubiese sido privado ilegalmente, así como respecto a las adquiridas en venta pública, en Bolsa, feria o mercado, o de comerciante legalmente establecido y dedicado habitualmente al tráfico de objetos análogos, se estará a lo dispuesto en el artículo 464 de este Código
El artículo 464, para que no lo tengáis que buscar, pone:
La posesión de los bienes muebles, adquirida de buena fe, equivale al título. Sin embargo, el que hubiese perdido una cosa mueble o hubiese sido privado de ella ilegalmente, podrá reivindicarla de quien la posea.
Si el poseedor de la cosa mueble perdida o sustraída la hubiese adquirido de buena fe en venta pública, no podrá el propietario obtener la restitución sin reembolsar el precio dado por ella.
Tampoco podrá el dueño de cosas empeñadas en los Montes de Piedad establecidos con autorización del Gobierno obtener la restitución, cualquiera que sea la persona que la hubiese empeñado, sin reintegrar antes al Establecimiento la cantidad del empeño y los intereses vencidos.
En cuanto a las adquiridas en Bolsa, feria o mercado, o de un comerciante legalmente establecido y dedicado habitualmente al tráfico de objetos análogos, se estará a lo que dispone el Código de Comercio.
Y en Código de Comercio yo ya me pierdo. Si alguien entendido, quiere aportar algo, adelante.
La situación es la siguiente: hay montones de originales de procedencias más que dudosas (de Warren, que es lo que hablamos, pero también de otras editoriales, material para Inglaterra, por ejemplo) y que no salen a la luz por miedo a tener problemas, sobre todo si no hay fronteras de por medio.
Neal Adams durante años cogía a las malas originales dibujados suyos en stands de venta de originales en convenciones americanas. Luego paso a expedir certificados, cobrando, para oficializar las piezas que circulaban. Hace años que anunció que desistía, que ya pasaba. Los originales ya habían pasado por tantas manos que no quería ir a por gente que no sabía la procedencia.
El gran problema es que no se tuvo en cuenta desde el principio el valor de los originales. Ya no artístico, sino crematístico que es lo que al final parece que a la gente le importa. Si se hubiera tenido en cuenta, otro gallo nos cantaría.
Como no se hizo, el resultado es que muchos originales están enterrados en colecciones privadas, en paradero desconocido, y no salen a la luz por miedo a las posibles acciones legales de los autores. En el caso particular de los españoles de la Warren no creo que haya mucha cosa por estos lares pero sí que es evidente lo que circula por los USA... Curiosamente, ningún español se ha puesto a reclamarlos vía abogados que yo sepa. No lo ven operativo. Pero puede que sí lo hicieran si estuvieran por aquí, por lo que a ver quién es el guapo que quiere meterse en un berenjenal.
En fin, una lástima.
La situación con los originales de Bruguera, TBO, Valenciana y tal, la dejamos para otro día, que por hoy ya vale...