
Pasé a la novela negra y si leía algo, ocasionalmente, de novela policiaca problema era algo de Ellery Queen o de algún autor clásico que no había tenido el gusto.
Recientemente pillé un buen montón de novelas de Agatha Christie de segunda mano. Lei hará un par de meses la primera en, buf, venticinco años, que se dice pronto. Era Sangre en la piscina, una novela de Poirot que Christie consideraba una de sus mejores obras aunque la pifió al meter a Poirot por allí (por eso, al adaptarla al teatro eliminó al detective belga de cabeza de huevo). No estaba mal. Nada sorprendente pero me provocó varias horas de diversión.
Por eso, me he leído estos días El caso de los anónimos, otra de las obras favoritas de Christie. Está protagonizada por Miss Marple pero para mí que lo hizo por motivos comerciales ya que la señora sólo sale en tres escenas del final, una de ellas para explicar los asesinatos. Oh, bueno. El libro va de alguien que se dedica a escribir anónimos llenos de maldad a diversas personas de un pueblo donde ha ido a recuperarse el narrador, un aviador accidentado. Cuando uno de los anónimos provoca un suicidio y, posteriormente, un asesinato, las cosas se ponen realmente feas. La resolución es bastante sorprendente porque la escritora nos ha estado dirigiendo y despistando con bastante habilidad, hay que reconocérselo. La pega es que es RANCIA como ella sola. Si hace unos días comentaba lo del gay de Scerbanenco no puedo evitar mencionar al personaje homosexual de esta novela. Si el asesino es una mujer, porque sólo una mujer se dedicaría a escribir este tipo de cartas (os juro que sueltan esto y se quedan tan anchos, a ver quién es el guapo que dice esto ahora), el Sr Pye es sospechoso porque es afeminado y vive frustrado en su anormalidad (tres cuartos de lo de antes, ni los del PP firmarían esto). Y como analicemos la relación entre señores y servicio, ridículamente servil, valga la redundancia, se os pondrían los pelos como escarpias.
Bueno, tras prostitutas milanesas y carcamales apolillados ingleses, el cuerpo me pide algo contundente. ¿Una novela de Parker de Westlake/Stark? ¿Algo de Mike Hammer? No sé, me lo pensaré...