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martes, noviembre 08, 2005

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Cuando empecé con este modesto blog, me apetecía escribir sobre lo que fuera sin limitarme a temas de actualidad, o de cómic o de lo que fuera, o por motivos de espacio y tal. De momento, lo voy haciendo y me lo estoy pasando como un enano. Escribo a semanas más y a semanas menos, según trabajos, niños, y asuntos varios, pero era de esperar. La semana pasada con fiestas y un calor desproporcionado (joder, me fui a nadar en noviembre, cosa que no había hecho en la vida) cualquiera se ponía a escribir. Y total, para comentar que me había terminado de ver la primera temporada de Babylon 5 y que vaya putada de final, pues como que no me lo pedía el cuerpo...
Pero estos últimos días me miro mis escritos y me asusta un poco lo largos que son algunos. ¡Y eso que a veces corto trozos para que quede todo más claro! Algunos podrían ir de artículos, o columnas del Dolmen, por el número de caracteres que tienen. Y me los hago de una sentada, que ya es moral.
Pero cuando uno hace un blog lo hace para que la gente lo lea y, ojalá, lo disfrute, al menos las partes que tengan más que ver con sus afinidades.
Así que... ¿Os gusta la extensíón? ¿Más cortos? ¿Más largos? ¿Si fueran algo más cortos pero hubiera más actualizaciones os compensaría? ¿Os interesa mi opinión sobre algo? ¿Os interesa mi opinión a secas? (Esto es retórico, lo sé; si no os interesara no leeríais esto a menos que fuerais gilipollas o masoquistas).
Venga, hora de mojaros un poco para que este blog sea también algo vuestro.

Daredevil: Redemption: ¡olé, tus huevos!

Acabo de terminar de leer el tomo recopilatorio de la miniserie Daredevil: Redemption por David Hine y Michael Gaydos.
Aún tengo que reposar las ideas pero la impresión final es muy, muy positiva.
Para los que no sepan de qué va, la trama gira acerca de un caso que ocurrió hace siete años, que es cuando pasa la mayoría de la historia (sólo en el último episodio vemos qué ha pasado desde entonces y finaliza el relato). En el pueblo de Redemption un niño fue asesinado brutalmente. Se acusó a tres jóvenes heavys y con fama de satanistas que no encajaban en un sitio donde el fanatismo religioso campa a sus anchas, los secretos son el orden del día y el conservadurismo más feroz es la norma. Matt Murdock aceptó defender al cabecilla de estos jóvenes. Una historia de crímenes y juicios con poco protagonismo de Daredevil y sí mucho de Matt Murdock, por lo que la acción es mínima.
No es una historia alegre, ya aviso. Desde el principio queda claro que Murdock lo tiene muy complicado porque la policía e incluso el juez no le permiten ningún margen de maniobra. Y cuando recurre a ser Daredevil sólo complica más las cosas. La sensación de opresión y pesimismo es constante. Explicaciones bastante escabrosas de abusos sexuales a menores o de la carnicería que se le hizo a la víctima pues como que tampoco ayudan mucho si uno quiere leer algo ligero y tal.
Pero es una gran lectura. El caso que nos presentan está inspirado en los asesinatos de Robin Hood Hill, que he consultado en internet, que tienen película para la TV con Emmy y todo y que deben ser bastante conocidos en los USA por la polémica montada acerca de la limpieza de la investigación y el juicio que se llevó a cabo. Esta sensación de denuncia llega hasta el duro final, lógico pero incómodo (y más debe de serlo para buena parte de la población estadounidense, me imagino). No conocía nada de Hine pero a partir de ahora lo voy a tener muy en cuenta.
Michael Gaydos dibuja con su habitual estilo seco, duro, humano. Es perfecto para esta historia. Cuando estuvo en Avilés trajo un montón de originales para vender. Allí pudimos ver muchos que es un gran dibujante en blanco y negro (si hiciera Marvel un Alias Essential, lo recomendaría) al que a veces el color no le ayuda. En este caso, el color es de los mejores que ha tenido aunque lo siga prefiriendo en blanco y negro (está muy claro que piensa en términos de contrastes del dibujo que tiene delante, olvidándose de la labor del colorista que vendrá después). Es divertido ver cómo usa parecidos de actores para diversos personajes como el fiscal que tiene la pinta de James Woods.
Bill Sienkiewicz dibuja las portadas. Bastante dignas, pero lejos del mejor Sienkiewicz, la verdad.
En resumen, una buena, poderosa historia, muy entretenida, que te tiene con el corazón en vilo todo el tomo, con ganas de contar cosas, haya o no superhéroes, y un acabado gráfico más que digno.
Después de lo de Magnus, qué gusto, oigan.