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lunes, marzo 05, 2012

Libros: El asesinato como diversión de Fredric Brown

Vengo de pasar unos días en Valencia con la familia. Amigos valencianos, no me tengáis en cuenta que no os haya dicho nada pero lo más próximo al mundo del cómic fue un tomo que me llevé para leer y que pasé en autobús por delante de la librería Imágenes...
En cierto momento entramos en unos grandes almacenes buscando algún libro. Yo me pillé El asesinato como diversión de Fredric Brown en la edición de RBA en su Serie Negra. Era de un tamaño sencillo, ideal para leer a ratos perdidos en el hotel. Pero el principal motivo de comprarlo, sobre todo, fue que nunca he leído nada que no me haya gustado de este autor. Ni en su faceta fantástica como en la policiaca, que fue como lo conocí con su Un trago para el camino en la mítica Club del Misterio de Bruguera.
La premisa era intrigante: un  experiodista reconvertido en guionista de folletines radiofónicos (estamos en la década de los 40) prepara un nuevo programa de temática criminal. Pero alguien empieza a llevar a la realidad sus guiones convirtiéndolo en el principal sospechoso.
Hasta aquí todo parece muy serio.
Pero no. Brown tiene, tenía, mucho sentido del humor. Y te entretiene horrores con las desventuras de este antihéroe que sólo al final acaba resolviendo el caso y casi por casualidad ya que está más ocupado intentando solventar sus problemas en el trabajo o sentimentales, o, sobre todo, bebiendo como un cosaco. Con este libro se puede hacer un juego de borrachos fácilmente: abrir una página al azar y beber lo que se pimpla el protagonista en ella. Cuidado, a veces son botellas...
Si tuviera que destacar algo serían los diálgos: hay algunos hiilarantes y absurdos que parecen de Groucho Marx; otros, los que aparecen entre el protagonista bastante perjudicado y algún sufrido barman son de un realismo brutal, con esa coherencia volátil y absurda de los borrachos.
Hubiera sido una gran película de la época, por cierto. Con esa temática del falso culpable es inevitable verlo como una de Hitchcock, aunque el más liviano, el más bromista.
Espero que recuperen los de RBA más obras de Brown.