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sábado, febrero 18, 2006

Interrogantes informáticos

Un servidor está en contra, en principio, de bajarse material indiscriminadamente de Internet. No dejo de verlo como un robo.
PERO...

Hace una semana le propuse un artículo a Vicente para el Dolmen, un texto que me apetece un montón, la verdad. Para poder escribir la parte que me interesa más necesitaba leerme unos cómics que se están editando ahora, que serían un poco la excusa para el artículo, y que no compré porque prefería esperar al recopilatorio. Nadie de por Palma los tiene, la cosa urge un tanto(me conozco y lo hago ya o se me va a pasar el impulso creativo, por llamarlo de algún modo) y, de pronto, alguien me sugirió que me los bajara de Internet.
Lo primero que me pasó por la cabeza es que era una tontería. ¿Quién iba a perder el tiempo escaneando cómics por la cara?
Pues mucha gente ociosa, está claro, porque tras una serie de explicaciones técnicas del amigo Rafa pude no sólo bajarme esos cómics sino ver la cantidad de cómics que hay disponibles. Hay muchas novedades (se asegura que si en los USA salen a la venta los miércoles los cómics en una semana están listos para que uno se los baje). Esto para una industria que anda algo coja es una faena. Puede que alguno se enganche a una colección y que luego la siga del modo tradicional o que acabe comprando algún recopilatorio pero no sé por qué pero me huelo que no será un porcentaje muy elevado.
Tras pasar un buen rato estudiando cómo estaba organizado todo y lo que había disponible me puse a pensar en las posibilidades que tenía el sistema.
Por ejemplo, uno se puede bajar cómics antiguos, cómics de editoriales desaparecidas, cómics que editaron las grandes hace años y que no parece que vayan a reeditar, cómics cuyos precios en el mercado de segunda mano tienen precios prohibitivos o que son inencontrables. En este caso no se produce un perjuicio económico sustancial, únicamente a los libreros de segunda mano y, qué queréis que os diga, si a los de Mile High con lo especuladores que son (buena parte del boom de los 90 y de su implosión posterior es culpa suya y de gente como ellos) no pueden vender algunos cómics antiguos a unos precios exagerados no me va a quitar el sueño. Y al fin y al cabo para los coleccionistas el objeto físico importa, basta ver lo que aún tiran las tonterías de portadas limitadas y similares.
Idealmente, podría ser una biblioteca virtual, un lugar donde poder intentar buscar esas obras descatalogadas y que no hay forma de conseguir, un lugar donde reunir un material de difícil acceso. Pienso ahora en material de prensa que suele padecer el síndrome de la falta de materiales dignos y lo que podría ayudar a mejorar los existentes. Además, los cómics publicados a partir de escaneos, en color, suelen quedar bastante mal reproducidos. Vistos en un ordenador no padecen tanto y el resultado es algo superior. Igualmente sería una opción para facilitar que los interesados en series que no han sido reeditadas o que lo han sido de forma muy parcial pudieran leerlas con mayor extensión. Y al no haber intención por editar esas obras por parte de nadie (excepto algunos títulos las ventas suelen ser paupérrimas) su difusión no causaría efectos negativos. De hecho, podría llegar a darse el caso de que alguna obra que estuviera dudosa, acabara viéndose editada porque hubiera más gente que la conociera y apreciara. Otro ejemplo que me viene a la cabeza podrían ser los tebeos de Bruguera. No es un material barato ni fácil de encontrar y es una lástima, una vergüenza, que Ediciones B pase de recuperar las obras de autores tan importantes para la historieta española como los que pasaron por aquellas páginas y que tenga que venir Astiberri a enmendarles la plana.
Pero está claro que la industria del cómic ha de tener en cuenta este factor. Marvel deja leer en su web, o lo dejaba hacer, que hace tiempo que no paso, toda una serie de cómics como promoción de sus colecciones. No deben de verlo como un peligro si dejan leer sus cómics de forma gratuita.
Creo que el intercambio de archivos abre algunos interrogantes morales y económicos para la industria del cómic, los más escuchados, pero también ofrece numerosas posibilidades positivas que deberían ser tenidas en consideración por todos los implicados y amantes del cómic, algo que fuera más allá de poder bajarte por la patilla el último X-Men o Batman o lo que sea.