
Normalmente suelo comentar antes el trabajo del guionista pero como me enrollaré bastante en ese aspecto, prefiero hablar antes de la labor gráfica de Brandon Peterson, un dibujante que siempre me había parecido del montón, sin especial interés, y que en este trabajo demuestra cómo ha abandonado influencias de autores de moda de hace años para abrazar la escuela Michael Golden y demostrar que ha asumido sabiamente muchos de sus tics. El resultado es un cómic francamente bonito de ver, con interesantes detalles de diseño y una narrativa a la que no se le pueden poner peros.
Ahora hablemos del guión de Straczynski y su socia. La trama es sencilla, contar por enésima vez el origen del Doctor Extraño. Está contado de forma correcta y hay ideas suficientemente interesantes (el sacrificio de Extraño, sin lugar a dudas). Lo que pasa es que se engordan partes de forma algo gratuita o se descubren hechos de los que nunca se había hablado, como que Stephen Extraño conociera a Wong y al Anciano en un viaje que hizo al Tíbet mientras estudiaba medicina o que la actitud soberbia de Extraño antes de su accidente se debiera a las malas influencias de demonios que quieren impedir su destino. Algunos pueden pasar pero otros difieren de una forma tan radical con lo establecido hasta el momento que uno no puede evitar pensar que esto es la versión Ultimate del Doctor Extraño, especialmente cuando nos encontramos con un Wong joven y con pelo, un Barón Mordo que parece el Wong de toda la vida (calvo, con más pinta de oriental que otra cosa) o una Clea morena y ayudante del Anciano.
Todo parece demasiado forzado, quiere ser un cómic fácil de adaptar al cine, que ayude a venderle los derechos del personaje a los estudios o lo que sea, y el resultado se resiente. Provoca que un lector veterano salga constantemente del cómic al descuadrar constantemente demasiados elementos del Doctor Extraño y su entorno.
La verdad, no entiendo cómo no ha sido publicado como Ultimate Strange y así no nos liarían la continuidad de forma tan gratuita.