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miércoles, enero 18, 2006

Loeb y Sale juntos por primera vez: Challengers of the Unknown.

He estado leyendo estos días dos cosas parecidas pero diferentes: el primer Archives dedicado a los Challengers of the Unknown de Jack Kirby y el tomo recopilatorio de la maxiserie de esos mismo personajes que supuso la primera colaboración de Jeph Loeb y Tim Sale.
Es curioso comparar estas dos lecturas. El trabajo de Kirby hoy se ve como un primer paso a lo que serían después los 4 Fantásticos, incluyendo argumentos idénticos (¿sabéis la historia de los 4F del Enfant Terrible, el niño extraterrestre? Pues ya la contó Kirby en uno de sus primeros cómics de los Challs). Supongo que por la época en que fueron creados se iba más a aventureros, monstruos y extraterrestres que a superhéroes. A fin de cuentas, el Flash de la Edad de Plata había aparecido por primera vez dos números de Showcase antes que los CotU. Las cosas cambiarían pronto pero aún no era un buen momento para los superhéroes.
La obra de Loeb y Sale se ve como una deconstrucción de estos héroes. Ahora son viejos, caen en desgracia, alguno muere, los otros se separan y siguen caminos muy diferentes (violencia, misticismo, fama). Se nota que la sombra del Dark Knight y de Watchmen estaba reciente. Cuenta Loeb que le dejaron escribir estos personajes porque hacía más de quince años que no se hacía nada con ellos y por tanto poca cosa podía fastidiar. A los fans del grupo no les cayó muy bien lo que hicieron, eso sí, me imagino que más que por envejecerlos por darles unas personalidades tan incómodas y diferentes de las anteriores. Cuenta también Loeb que Jack Kirby les dio su bendición ya que así los personajes serían conocidos por otra generación. Loeb escribió aquí su primer cómic y se le notan unos ramalazos friquis muy simpáticos. Que en un cómic de DC se nombre a Rick Jones o Vishanti, que se hagan guiños al Doctor Extraño o Peter Parker, divertirá a los aficionados. Además Loeb usa, brevemente, a Batman (en una acción que no tiene mucho sentido visto lo que estaba haciendo cierto Challenger) y, mucho mejor, a Superman. Loeb hace algo lógico con alguno de los personajes, por cierto, y es darle poderes. Kirby, por la época, no lo hizo. Lo haría luego, en Marvel y los 4F. Loeb repara esa falta.
Lo primero que vi de Tim Sale fue la ficha que hizo de los Challengers para el Who's Who en formato de fichas sueltas. Me pareció un horror. Me lo sigue pareciendo. Por eso no seguí la serie en su momento. Pero el dibujo es competente en la obra. ¿Tal vez no controló el tamaño de reproducción? No sé... En el cómic Sale hace un trabajo interesante, sobre todo en el apartado de diseño de página donde la influencia de Steranko, a veces descarada y obvia como en la escena del cementerio, es notoria. El resultado es considerablemente llamativo. En sus posteriores trabajos el dibujo en sí ha mejorado pero se ha pasado a una narrativa mucho más convencional y menos arriesgada.
Que Planeta vaya a editar este cómic me parece lógico. Es un buen cómic por un equipo creativo interesante y bastante conocido. Lo que es una pena es que los lectores no aprecien tanto los cambios, las diferencias que supuso esta obra con lo establecido en el pasado. Es como si se editase el Dark Knight sin haberse visto nada de Batman, por decir algo. Se pierde la sensación de cambio radical. Pero bueno, siempre habrá tiempo de recuperar la obra de Jack Kirby, acompañado en ocasiones por autores como Wally Wood o Bruno Premiani.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Coincido completamente con esa sensación, Jaume. Me pillé el TPB USA porque el tándem Loeb/Sale (y más el segundo, con cosas estupendas como Blades y así) me había convencido casi siempre, pese al cliché de "cojo un personaje y le pongo un color". EL desapego a los personajes (no había leido nada o casi nada de los CotU)hizo que la metamorfósis épica y trascendental que planteaba Loeb me la trajese un poco al pairo y, así, la sensación fue rara. El tebeo no me acbó de convencer y no sabía bien si era el factor personajes el que me dejaba frío, aunque pienso que había un poco de todo. Asignatura pendiente, pues la de conocer mejor a estos hombres que viven en tiempo prestado.