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viernes, noviembre 17, 2006

Cuando sea joven como Horacio

Este domingo cumpliré 40 años. Es un número que a muchos les impresiona y a mí me ilusiona. Me gusta el número. Nunca celebro mi cumpleaños pero esta vez sí lo haré con la familia y con los amigos. Son muchos los que me preguntan que cómo lo llevo. Y la verdad es que bastante bien, me fastidiaron más otras cifras. Esto de la edad es más cuestión de cómo te encuentres y de cómo te vayan las cosas que de cifras concretas...
Y me he acordado de Horacio Altuna con quien tuve el placer de hablar en varias ocasiones en las últimas Jornadas de Avilés. Horacio siempre me ha parecido, ya no un autor, una persona admirable. Por muchas cosas (por decir alguna porque despide bondad siendo lúcido, muchas veces se llama a alguien bueno cuando quieren decir bobo) pero sobre todo porque Horacio, tenga la edad que tenga, es alguien que probablemente siempre será joven. Y se nota mucho en su trabajo, en el nivel de su obra tras tantos años. Basta ver su actitud en unas jornadas. Lo verás rodeado siempre de gente físicamente mucho más joven que él hablando animado y alegre. Cuando me contaba el renacimiento de la revista argentina Fierro se le veía la ilusión. Mientras la mayoría de autores de su quinta están desencantados de la situación del mercado y son pesimistas, por no decir que han dejado el cómic, Horacio tiene una actitud mucho más esperanzada, sin ser inocente, mirando al futuro con ganas de hacer cosas, sean álbumes o tiras de prensa. Su coherencia y su honestidad, profesionalmente, son envidiables. ¡Menos mal que las fechas de entrega se le siguen resistiendo, porque eso nos recuerda que es humano!
Hubo una anécdota en Avilés que me apetece contar. El dibujante Al Barrionuevo estaba invitado en las Jornadas y se moría por conocer a Altuna, un autor muy admirado por aquel, pero le daba reparo presentarse. Horacio se enteró y se presentó él. Hablaron un buen rato entonces, supongo que lo harían más tarde en otras ocasiones. Poco después hablé con Barrionuevo de eso. Es divertido ver cómo todos tenemos nuestros mitos y cómo nos afecta el conocerlos personalmente. A veces te llevas chascos desagradables, otras, como supongo que fue el caso, será algo que Barrionuevo recordará con cariño.
Por detalles como éstos, es por lo que muchos queremos a Altuna.
Por eso, cuando sea mayor quiero ser joven como Horacio.

6 comentarios:

Diego dijo...

Altuna es el más grande. Lo es tanto como para tener un premio que lleva su nombre en las Jornadas de Avilés, algo de lo que muy poca gente puede presumir, y como para haber ganado la ciudadanía honorífica asturiana. Es un ejemplo en más de una cosa (y de dos, tres o las que querais) y una gran persona.

Y, en otro orden de cosas. ¡Felicidades adelantadas, cuarentón!

Anónimo dijo...

Suscribo todo lo dicho, Altuna es una de las personas que más me enorgullezco de haber conocido gracias al mundo del cómic. Es una persona con la que da gusto charlar y que encima se enganchó a leer el Dolmen de casualidad. Sólo le falta jugar los partidos de futbito de Avilés.
Es un grande en todos los sentidos.

Jorge Iván Argiz dijo...

Todos de acuerdo. ALTUNA es de los pocos que de mano te quiere y tienes que ganarte con esfuerzo lo contrario, precisamente lo contrario de lo habitual en este mundo nuestro.

Y felicidades adelantadas.

Alejandro Caveda dijo...

Poco que añadir a mis predecesores, es un gran profesional y mejor aun persona. Siempre es un placer con su presencia en cualquier evento cultural que se precie. Y por supuesto felicidades al bloguero ;o)

Anónimo dijo...

No suelo pasarme por aquí a menudo y nunca había dejado un un comentario, pero en este caso haré la excepción.
Tuve la suerte de conocer a Horacio Altuna hace unos años, en el salón de Tenerife y no puedo estar más de acuerdo con uds. Es una gran persona; de hecho, llamarlo gran persona es poco. Amable, humilde, atento; me quedo sin palabras para describir el buen recuerdo que dejó aqui

__ dijo...

Hola:
Repaso este Comentario un poco antiguo pero como he pasado por lo mismo no me contengo. Yo los 40 años los afronté con mucha tranquilidad, casi sin darle importancia.
Ahora tengo 43 y los "problemas" empezaron cuando iba a cumplir esta edad. Supongo que otras circunstancias adicionales han tenido efecto sobre la situación. Desde entonces he acelerado paulatinamente mi ritmo de vida y me sirve para curar el mal. También me he entretenido en trazar mi pasado y me ha ayudado mucho.

Lamentablemente, la rutina de la vida, el lastre familiar que sigues arrastrando, aunque ya hayan pasado los años de mayor dedicación, y las cadenas que la vida te ha ido enganchando evitan mantener el ritmo y a veces, vuelvo a caer al problema.

Tampoco sé si la carrera hacia delante lleva a alguna parte, por lo que nunca atisbo el final del túnel. Llevo casi un año labrando mi futuro que hasta ahora es incierto. Espero que pasen las fiebres pronto. Yo no conozo a Horacio Altuna, pero el contacto con personas tal y como describís a Horacio es sin duda la mejor medicina.

Saludos, Ignacio