De Corto Maltés a...

Esta semana vi la película de animación Corto Maltés, adaptación de Corto Maltés en Siberia. Qué queréis que os diga, es irregular. Consigue hacer algo que me es muy difícil y es ver la obra de Pratt en colores (las ediciones de Casterman y Norma a color me parecen más motivada por motivos comerciales que artísticos; y aclaro que me refiero a sus cómics, sus acuarelas son preciosas y sólo imitando eso creo que podría funcionar la obra de Pratt al ser coloreada) y las escenas de acción están razonablemente resueltas. Y se agradece que los trenes no parezcan tan fuera de lugar como los que le entregaban los ayudantes a Pratt, quien odiaba dibujar maquinaria. Pero la animación a veces se hace perezosa en escenas de conversación aburriendo a las piedras. En sus últimas obras de Corto (digamos que a partir de Fábula de Venecia, sobre todo), a Pratt se le iba un poco la olla y se ponía místico perdiendo mi interés rápidamente, pero no es el caso de Corto Maltés en Siberia por lo que no tienen excusa. Otro problema de la película (puede que del cómic también, debería releérmelo) es el final. Pratt decía que lo más importante es el final, que si tienes un buen final el resto es fácil Pues aquí no es el caso ya que el tramo final es una sucesión de falsos finales, alguno un tanto forzado, bastante desconcertantes... Con lo fácil que hubiera sido acabarlo con una conversación viendo cómo se hunde el MacGuffin...
Eso sí, me hizo gracia ver a gente como Olivier Vatine (Aquablue) ligado al proyecto...
Algo relacionado con el tema es que ahora mismo me estoy releyendo lo que tengo de Guido Crepax y buscando material que no tenía (si tenéis algo de lo que queréis libraros, mandadme un mail, demonios). Así que ahora miro los primeros Totem de Nueva Frontera. Me parece muy curioso ver que algunos de los dibujantes estrella de hace treinta años(Pratt, Moebius) siguen manteniendo el interés de editores y lectores españoles mientras que otros han pasado al olvido más absoluto(Crepax, Druillet) aunque sigan teniendo un tirón muy importante en sus países de origen. Crepax tiene exposiciones antológicas de sus originales cada cierto tiempo (no hace mucho lei algo acerca de una sobre su álbum Harlem Blues con todos los originales, acompañados de temas musicales de jazz favoritos del desaparecido dibujante, quien dedicó buena parte de su carrera a dibujar portadas para discos de jazz) y vi a Druillet hace unos años en Angouleme y tenía unas colas espectaculares. Druillet, por cierto, es uno de los dibujantes cuyos originales me han sorprendido más por lo enorme del tamaño (otro serían los de Drácula de Fernando Fernández).
Oh, bueno, me ha quedado una entrada algo caótica, vds disculparán....