
Me he leído de un tirón Barcelona Ciudad de Loquillo., un recorrido sobre sus últimos años de adolescencia y primeros de juventud hasta que graba su primer disco, intentando mostrar el ambiente que se respiraba en Barcelona en la escena de los amantes del rock más clásico y del punk.
Loquillo siempre ha vendido más que voz, pose y actitud, así que me esperaba mucha fantasmada. Pero no. Seguro que algo hay pero también no tiene reparos en mostrar su miedo escénico al grabar Los tiempos están cambiando, sus inseguridades, algunos errores.
Me ha gustado el estilo literario, claro, directo, pero sin ser ramplón y con algún juego divertido. Si uno lo compara, inevitablemente, con el Corre, rocker de Sabino Méndez, Loquillo gana en legibilidad.
Pero lo que más me ha llamado la atención en cómo retrata a su padre, un veterano de la Guerra Civil ya mayor y desencantado. Se nota el amor y la admiración por su padre.
Por mí que siga, contando sus años de Trogloditas...